Tu tierra
ilustre y luminosa
como un rayo de luna
en la noche clara reaparece,
y tiene su nostalgia
cierto sabor a sal.
Versátil a veces
mientras recorro antiguas veredas
de la caprichosa adolescencia,
insolente y presumida
la veo dibujando
una complicidad única
tan añorada, tan natural.
Tu tierra
Firme y movediza,
Paradójica y certera…
Pero ¡Ay!
Qué sería de mi fuego
sin tu tierra.
